La congelación de óvulos es algo cotidiano

La frase «Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro» es atribuida al poeta cubano José Martí. Cuando vi esta imagen que adjunto, me quedé pensando. Por un lado, me causó gracia. Por otro, puso en evidencia algo que veo diariamente en el consultorio y que es una realidad: la criopreservación de ovocitos (congelación de óvulos) es un procedimiento que casi todo el mundo conoce y que cada vez más mujeres consideran en su vida cotidiana. Y es una buena alternativa que hasta hace algunos años atrás no existía.
Hace un tiempo, me quedé mirando una fila de hormigas y observando el trabajo fenomenal que estas realizaban, cargando hojas que superaban su tamaño. Me acordé de la fábula de Esopo de la hormiga con la cigarra, de cómo la previsión puede ayudar en algunos casos, y pensé cómo, siempre, hay tanto para aprender de la naturaleza.
Con la vitrificación, la criopreservación de ovocitos se hizo su lugar entre los procedimientos de reproducción asistida. Hoy en día, se utiliza en muchos escenarios clínicos diferentes. Uno de ellos, tal vez uno de los más frecuentes, es el de aquellas mujeres que desean posponer su maternidad, pero no quieren perder la oportunidad de intentarlo en el futuro. Como las hormiguitas de la fábula, muchas de ellas deciden preservar su fertilidad congelando óvulos.
La criopreservación de ovocitos es una técnica que se hizo rutinaria hace relativamente pocos años con el advenimientos de la vitrificación, una técnica que permite congelar los óvulos en cuestión de segundos. Esta técnica, a diferencia de las anteriores, evita que las células se dañen en el proceso de la congelación, logrando una mejor sobrevida de los óvulos y una mayor tasa de éxito. A partir de entonces, muchas mujeres han consultado. Al comienzo, era muy frecuente recibir en el consultorio a mujeres que rondaban los 40 años. Cabe remarcar que, al igual que en la vida cotidiana y que en los tratamientos de reproducción asistida, las tasas de éxito del procedimiento se asocian principalmente a la edad de la mujer. Por qué? Porque los óvulos (a diferencia de los espermatozoides que son producidos permanentemente por los testículos) tienen la edad de la mujer, ya que no se generan nuevos óvulos. Entonces a los 30 años, los óvulos tienen 30 años; y a los 40, tienen 40. Y a medida que la edad es mayor, es más frecuente encontrarse con óvulos que se dividieron en forma anormal, teniendo más o menos cromosomas de los esperables, y así reduciendo la tasa de embarazos y aumentando la tasa de abortos espontáneos.
Actualmente, es más frecuente encontrarse con mujeres que consultan entre los 30 y los 40. Es que la edad óptima para congelar óvulos es cuando todavía el potencial reproductivo está alto. Por eso es que muchas mujeres entre los 25 y 35 años están planteándose congelar óvulos.
Cómo es el procedimiento? Al igual que en una fertilización in vitro, se estimula la ovulación con medicación inyectable durante 8-12 días, con controles ecográficos cada 2-3 días aproximadamente. Luego, en quirófano, se realiza la aspiración folicular; un procedimiento sencillo que dura 10 minutos y después del cual la paciente se va a su casa tras dos horas de internación.
Aquellos óvulos que se sacan, se criopreservan, y quedan guardados en unos recipientes con nitrógeno líquido (un lugar donde la temperatura es muy baja) hasta que la misma mujer decida utilizarlos (usualmente unos años después). Al utilizarlos, se los descongela, y se les realiza la técnica de fertilización in vitro correspondiente. La ventaja es que, pese a que la mujer en ese momento tiene mayor edad (y si quisiera utilizar sus óvulos en fresco las probabilidades de éxito serían menores a las que hubiera tenido unos años antes), en este caso las probabilidades de éxito permanecen más altas porque esos óvulos se congelaron a una edad más temprana.
En conclusión, criopreservar ovocitos hoy es cotidiano, con altas tasas de éxito, y con un cada vez más alto grado de aceptación entre las mujeres que ven en esta técnica una oportunidad de poder elegir mejor cuándo buscar el embarazo sin estar apuradas por el tiempo.