¿Cuál es tu rol como Director Científico en CEGYR?
Mi rol principal es asegurar que todos los tratamientos que ofrecemos estén respaldados por la mejor evidencia científica disponible, y que cualquier tecnología que incorporemos tenga fundamentos sólidos que la avalen. Esto implica revisar de forma constante los avances en medicina reproductiva, coordinar líneas de investigación dentro del centro, capacitar a nuestro equipo médico y generar nuevas publicaciones científicas que ayuden a mejorar la práctica a nivel global.
Además, desarrollamos proyectos que buscan mejorar la experiencia de quienes atraviesan un tratamiento de fertilidad. No solo nos enfocamos en lograr resultados más efectivos, sino también en cómo comunicamos la información: queremos que nuestros pacientes puedan tomar decisiones con claridad y seguridad. Mi trabajo combina ciencia, formación y mejora continua, siempre con el foco puesto en la calidad de atención.

¿Qué significa trabajar con un enfoque basado en evidencia?
Significa que cada decisión médica —desde la estimulación ovárica hasta la elección del embrión a transferir— se basa en estudios científicos rigurosos, no en intuiciones ni modas. Dejamos de lado la frase «cada maestrito con su librito» y buscamos en la evidencia publicada, con un análisis crítico y profundo.
Trabajo desde hace muchos años con revisiones sistemáticas y metaanálisis, especialmente a través de mi colaboración con Cochrane, una organización internacional que promueve la medicina basada en evidencia. Mi objetivo es que cada paciente reciba un tratamiento con fundamentos reales y sólidos. Y cuando la evidencia es débil, ofrecemos esa opción solo en contextos muy específicos, siendo claros con sus limitaciones.
La evidencia es como una calle angosta: puede parecer incómoda, pero es la vía más directa hacia los resultados que buscamos. En fertilización in vitro, eso significa lograr embarazos y nacimientos sanos, evitando promesas irreales o gastos innecesarios.
¿Cómo equilibrás ese enfoque científico con la atención personalizada?
La ciencia nos da el «qué» y muchas veces el «cómo», pero nunca reemplaza al vínculo humano. Escuchar a cada paciente, entender su historia, sus preferencias, valores y miedos, es fundamental.
Intento explicar cada opción con palabras claras y simples. Hoy, por ejemplo, leí un artículo internacional que hablaba del valor de las metáforas en nuestras explicaciones médicas: cómo traducir lo complejo en imágenes que ayuden a comprender. Me importa mucho que cada persona se sienta acompañada. No todo se reduce a éxito o fracaso: también es importante cuidar la experiencia emocional del tratamiento.
¿Qué diferencia a CEGYR de otros centros?
Somos un centro con más de 40 años de trayectoria, y creo que nuestra gran fortaleza está en la combinación entre experiencia clínica e innovación científica. En CEGYR trabajamos en equipo, compartimos conocimiento y estamos siempre abiertos a revisar lo que hacemos si la evidencia nos muestra una mejor forma.
Hoy, con la aparición de múltiples herramientas de inteligencia artificial, es fundamental evaluar cuidadosamente cada dispositivo o algoritmo. Queremos incorporar nueva tecnología, pero lo hacemos con el respaldo de nuestro departamento de investigación, asegurando que cada avance sea serio y verdaderamente beneficioso para nuestros pacientes.
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
Actualmente investigamos cómo la inteligencia artificial puede ayudarnos a estimar pronósticos, mejorar la precisión de las ecografías en los monitoreos ovulatorios, evaluar la calidad ovocitaria y optimizar la selección embrionaria —siempre con mirada crítica y sin perder el foco clínico.
También estamos desarrollando estudios sobre calidad de vida y experiencia del paciente durante los tratamientos. Contamos con un equipo joven, entusiasta y con muchas ganas de investigar. Esa energía nos impulsa a participar activamente en congresos científicos nacionales e internacionales. Varias de nuestras publicaciones han sido reconocidas por su contribución al campo de la medicina reproductiva, y eso nos llena de orgullo.
¿Qué mensaje le darías a una persona que está empezando un tratamiento de fertilidad?
Que no está sola. Sé que este camino puede generar ansiedad, incertidumbre y muchas emociones. Pero también sé que hoy contamos con herramientas sólidas y efectivas para ayudar.
Lo más importante es dar el primer paso: hacer una consulta, conocer las opciones y construir un plan juntos, con información clara, expectativas realistas y acompañamiento en cada etapa. Desde nuestro departamento de investigación, trabajamos para desarrollar y validar recursos que hagan este proceso más humano, más preciso y más personal.