En Mayo/2014 se publicó en la revista Fertility and Sterility un estudio que evaluó 52 mujeres con sobrepeso (índice de masa corporal mayor a 25). Les dieron indicaciones específicas sobre cambios en el estilo de vida que incluyeron la reducción de la ingesta calórica, y la realización de ejercicio físico de por lo menos 30 minutos 5 veces a la semana. El objetivo era reducir el peso en un 10%. El objetivo fue alcanzado por un tercio de las pacientes (esto fue más frecuente entre las que no tenían obesidad). Los dos tercios restantes consiguieron descensos de peso pero menores al 10%. En el grupo que consiguió el objetivo buscado, hubo mayores tasas de embarazo, tanto en forma espontánea como en quienes realizaron tratamientos de reproducción asistida.

Si bien este es un estudio pequeño y no se pueden sacar conclusiones definitivas, vale la pena citarlo para recordar que el descenso de peso es uno de los pocos factores de riesgo modificables que tenemos en el campo de la reproducción. Y que no sólo es beneficioso para el sistema cardiovascular y osteomuscular, sino que además participa de un aspecto metabólico que puede impactar en la fertilidad.

Una vez más, el trabajo en equipo (en este caso con el departamento de nutrición) es importante para conseguir mejores resultados.