Esta semana hice un viaje relámpago a Australia. No es la primera vez que vengo. Allá por 2012, aprovechando un congreso que tenía en Auckland (Nueva Zelanda), decidí poner una escala más al viaje y visitar a quien pasaría a ser un colega y amigo, el Dr. Warren De Ambrosis. Warren, médico especialista en fertilidad de Brisbane, de 65-70 años, decidió confiar en mí. Tras un par de pacientes suyas que vinieron a visitarme a Buenos Aires, comenzó a derivarme sus pacientes. Así que cuando tuve la oportunidad, decidí hacer una escala y conocerlo personalmente.

En aquel viaje de 2012, además de mostrarme la clínica donde trabaja, armó una reunión en un hotel para que yo diera una charla a sus pacientes. Más de 50 estaban esperando conocer cómo era nuestro programa de ovodonación en Argentina. Meses más tarde, muchos de ellos cruzaron el océano Pacífico y realizamos el tratamiento. Y muchos de ellos, días más tarde, me mandaban su resultado positivo. A partir de allí, vi muchos pacientes de Australia. La mayoría de Brisbane, aunque vienen también de Sydney, Melbourne, Perth y algunas otras ciudades. Repetimos la conferencia en 2015, esta vez sin la excusa del congreso que me traía a Oceanía. En esa ocasión fueron más de 60 los participantes, y varias de mis pacientes que fueron a contar su experiencia conmigo en Buenos Aires.

El año pasado, en un curso de reproducción asistida al que asistí en San Diego, conocí a la Dra. Irena Nikakis. Tras unos minutos de charla, me comentó que estaba abriendo un nuevo centro de fertilidad en Hobart, Tasmania (una isla al sur de Australia). Yo estaba ya pensando en volver a Brisbane por tercera vez en 2017, así que juntos pensamos que se podría aprovechar ese viaje y poner una escala más para hablar con pacientes en Hobart y en Brisbane. Dos días más tarde los pasajes ya estaban emitidos y el plan ya era un hecho.

En este momento estoy volando desde Hobart hacia Brisbane. La experiencia en Hobart fue excelente. La Dra. Nikakis y la Dra. Dobromilsky me recibieron muy amablemente. Conocí el centro que abrieron y me contaron sobre las dificultades que tienen los australianos para hacer tratamientos de ovodonación. Así que no sólo organizaron la charla con los pacientes sino que además la prensa local se hizo eco de la noticia de mi visita, publicando un artículo en el diario The Mercury sobre mi presencia en Tasmania y replicándola en el Herald Sun. Tras la charla, algunos pacientes se acercaron a hacer más preguntas y, probablemente, los vea pronto por Buenos Aires.

Ahora quedan dos reuniones más. Una, hoy a la noche, con médicos de Brisbane, Queensland, a quienes hablaré sobre nuestro programa de ovodonación y con quienes conversaré sobre las mujeres con reserva ovárica disminuida. La siguiente es mañana a la mañana, con pacientes, por tercera vez en esta hermosas ciudad. El objetivo? Volver a contar sobre nuestro programa de ovodonación, la amplia disponibilidad de donantes, sus tasas de embarazo del 60-65%, sus cortos tiempo de espera (sólo 2 meses), la simpleza del viaje, la comunicación permanente y los bajos costos.

Es realmente agradable hacer este viaje una y otra vez.